Por: Juan Carlos Rosales Romero
Cuando ajusticiaron al perro de Jaime Guzmán tenía 16 años y mi vida iba entre la música y la Cruz roja, entidad en la cual era voluntario. Mi pensamiento aunque crítico del sistema, era en esencia y por la enseñanza de mi viejo principalmente pacífico y libre de odio. En ese contexto no pude entender porqué mi padre saltaba de alegría, cuando en el noticiario de la noche del 01 de abril de 1991, pasaban la noticia del ajusticiamiento. Sentir alegría por la muerte de alguien, por ese tiempo, iba en contra de mi espíritu pacífico. Hoy quisiera devolver el tiempo, abrazar a mi padre y saltar a su lado.
A casi 29 años de ese hecho puedo decir que mi corazón está lleno de odio hacia ese sector de la humanidad que avala y festina la muerte de nuestra gente, está lleno de odio hacia la policía bastarda y desclasada, esa que reprime hasta la muerte a sus pares por defender sus privilegios heredados de la sangre de una dictadura cruel y asesina, está lleno de odio hacia los políticos que han legislado en favor de los que más tienen y en favor de sus propios y egoístas intereses.
Anoche murió un joven hincha de Colo Colo, da lo mismo en realidad de que equipo era amante, varios de los amigos que más quiero en esta vida son de la U, anoche murió un joven pobre y lo más seguro es que su asesinato quede impune, porque así es nuestra vida y nuestra sociedad, porque en el Chile que yo siempre he vivido se encarcela la pobreza, (hay otro Chile, donde la gente queda impune) porque aquí no hay justicia para los pobres y se me viene a la cabeza una frase dicha por el tremendo Álvaro España (Vocalista de Fiskales Ad-Hok) en un concierto:"EN ESTE PAÍS CULIAO LO ÚNICO QUE SE PUEDE SENTIR AL RESPECTO ES ODIO"
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